Nuestro TOP TEN de la Spielwarenmesse 2017

Hace justo un mes estábamos en las calles empedradas de Nuremberg en busca de nuevas aventuras musicales.

Cerramos el chiringuito durante unos días y nos recorrimos 2400 km para saber qué es lo que se cuece en la Spielwarenmesse 2017, la feria de la industria juguetera más grande del mundo.

  1. Se recorren kilómetros y kilómetros dentro de la feria: 117.000m2 , 12 pabellones distintos con varias plantas en algunos casos, 2.850 expositores con representación de más de 60 países y 1.000.000 de productos dan para hacerse una buena maratón diaria. Y no creáis que exageramos, la mayor parte de los asistentes van contando los kilómetros que recorren con aplicaciones de móvil en los días que dura la feria. Y es que es la Spielwarenmesse es enorme y agotadora.
  2. Todos los fabricantes están allí, por lo tanto toda la industria está allí. La feria presume de tener representación de empresas que no están disponibles en otros foros o ferias, por lo que supone una oportunidad única tener acceso a ellos.
  3. Centro de diálogo e innovación. Las últimas tendencias del sector estarán reflejadas en cada stand de la Toy Trend Gallery. Además se organizan conferencias sobre diseño, marketing y tendencias que están disponibles para todos los participantes. Por lo que hay un espacio gratuito para el aprendizaje y el intercambio de ideas. Eso sí, se trata de charlas monográficas muy compactas, no da para una especialización, pero sí para un primer acercamiento.
  4. Indudablemente es un lugar para los negocios. Todo el mundo está abierto al diálogo y a nuevos planteamientos. Y siempre hay lugar para escuchar una nueva propuesta por descabellada que pueda parecer.
  5. Queda claro por qué no pueden entrar niños: Se volverían absolutamente locos. Es una habitación de 170.000m2 llena de juguetes a estrenar. Es la fantasía infantil por excelencia. Miles de juguetes a tu alcance para probarlos.
  6. Los adultos tenemos que contener nuestras ganas de ponernos a jugar con todo y debemos observar con disimulo e interés las características técnicas de los productos más allá del disfrute meramente lúdico. Es duro. Hay veces que algunos señores de chaqueta se desmelenan y se les puede ver montados en coches teledirigidos recorriendo los pasillos del pabellón. Y creo que por imágenes como esas ya merece la pena haber recorrido media Europa para verlo.
  7. Hacer networking. Los contactos que se hacen en un acontecimiento como este son muy valiosos. Probablemente unos tengan mayor peso estratégico que otros, pero todos pueden aportar algo nuevo.
  8. Normalmente el equipo de Silent Media está muy cómodo entre las cuatro paredes de nuestra oficina (y es que aquí estamos muy agustito, como diría el marido de la folclórica). Pero una vez al año es muy aconsejable sacudirse el polvo de los hombros, ponernos nuestra mejor sonrisa y salir a preguntarle al mundo qué es lo que se está cociendo en la industria juguetera. Y básicamente eso es lo que hicimos en Nuremberg.
  9. Puede que la gastronomía alemana no sea la más destacable por su variedad, pero durante la semana de la Spielwarenmesse 2017 disfrutamos como niños comiendo pretzels, rostbratwurst, cervezas artesanas, ensaladas de coles y bollos. Allá dónde íbamos nos embriagaba un delicioso aroma a chocolate o a salchichas al que no opusimos ninguna resistencia.
  10. Lo mejor del festival fue estar en contacto con nuestros clientes, poder intercambiar ideas con ellos, recibir nuevas propuestas y ver nuestros jingles sonando en las pantallas de algunos stands. El resultado de nuestro trabajo siempre es la mejor recompensa.